Un nuevo hecho de inseguridad sacudió la calma nocturna del centro de la ciudad. Este lunes, alrededor de las 23:30, un delincuente robó la motocicleta de un trabajador gastronómico frente a la plaza Dávila, sobre calle Azcuénaga, a escasos metros de una estación de servicio. La víctima, cocinero de un conocido local de la zona, había estacionado su Motomel B110 blanca y azul con traba de seguridad apenas a unos metros del ingreso al comercio. El robo ocurrió mientras el empleado cerraba el local. A pesar de las medidas tomadas, un hombre se llevó el rodado sin mayores dificultades. El hecho quedó parcialmente registrado por las cámaras de seguridad del área. En las imágenes se observa al sospechoso caminando por la vereda y luego huyendo con el vehículo. El comercio afectado compartió el video en redes sociales y expresó: “Pedimos disculpas por las molestias, pero es importante compartir esto. Al cocinero le robaron su moto anoche. El video no muestra claramente la moto, pero sí al hombre que pasa caminando y luego se la lleva”. La denuncia ya fue radicada y la causa quedó caratulada como “Hurto agravado de vehículo dejado en la vía pública”, con intervención de la Unidad Funcional de Instrucción N°2. El Grupo Táctico Operativo (GTO) se encuentra abocado al análisis de las filmaciones y testimonios para dar con el autor del ilícito. Desde el local piden la colaboración de los vecinos y comerciantes: “Si alguien reconoce al hombre que aparece en las imágenes o vio algo extraño en la zona anoche, por favor comuníquese con las autoridades”. Este episodio reaviva la preocupación entre los vecinos y comerciantes del área comercial frente a la plaza, donde en los últimos meses se han registrado hechos similares. La sensación de inseguridad se intensifica, incluso en zonas céntricas, y vuelve a poner en debate la necesidad de mayor presencia policial y prevención urbana. Opinión pública: Cada nuevo episodio de inseguridad urbana, por más “menor” que parezca, no solo representa una pérdida material para las víctimas, sino que erosiona la confianza colectiva en el espacio público. Que le roben su herramienta de trabajo a un cocinero que terminaba su jornada, en pleno centro y en un área transitada, desnuda una vez más una fragilidad que ya no sorprende pero sí duele. La respuesta institucional, aunque en marcha, parece siempre llegar después. con información de Milagros Castelli-Casos Policiales Para más noticias, visitá www.tapadeldia.com