Javier Milei volvió a meterse de lleno en el tablero político bonaerense y sacudió el avispero con una jugada inesperada: impulsará un candidato sorpresa en el conurbano profundo para disputarle el corazón del poder territorial al peronismo. La Tercera Sección Electoral es el objetivo, y el libertario ya tiene un nombre en carpeta: un outsider, contador de profesión, que será el rostro desafiante frente al posible regreso de Máximo Kirchner. La maniobra ocurre en medio de una despiadada interna entre Santiago Caputo y Sebastián Pareja, dos de los operadores clave del Presidente. Mientras uno coordina la rosca nacional, el otro pone el cuerpo en la provincia, con eventos como el Congreso de La Plata, donde Pareja ofició de rockstar. La guerra fría entre ambos tuvo su correlato en el Yacht Club de Puerto Madero, donde se celebró una cena con empresarios sin la presencia del armador bonaerense. Al día siguiente, Caputo tampoco apareció en La Plata. “La justicia social es una aberración”, reiteró Milei ante los asistentes, para luego cargar contra el peronismo por las políticas de género y el aumento de “cajas militantes”. Todo esto, mientras en el Senado bonaerense se aprobaba –con desempate de Verónica Magario– la reelección indefinida de legisladores, desatando un nuevo escándalo institucional. En ese escenario, Sergio Massa frenó el proyecto de reelección en Diputados. La Cámpora empuja con el aval de intendentes y Kicillof, aunque las internas desangran al PJ. El gobernador quedó excluido de la mesa nacional del peronismo, mientras Cristina Kirchner intenta imponer nombres como Leonardo Nardini y su propio hijo para la Tercera. Pero la grieta con el kicillofismo ya no se oculta. La “zanahoria” para el acuerdo con el PRO es una banca legislativa, y Milei busca nutrirse de figuras como Cristian Ritondo o Diego Santilli, que podría encabezar la lista de la Primera Sección. Pero la desconfianza crece: “Con los libertarios nunca se sabe”, confiesan en el macrismo. Mientras tanto, Darío Epstein y Adrián Ravier –dos economistas cercanos al Presidente– comenzaron a tomar protagonismo. “Pelot…, pichón de Stalin y zar de la miseria”, fue el insulto con el que Milei se refirió a Axel Kicillof durante un discurso reciente en La Plata. Una postal del tono de campaña que se viene. En el fondo, la pelea entre Caputo y Pareja también se traslada a la estructura del Estado: la regional del PAMI en La Matanza fue una de las víctimas del recorte de poder sobre el armado bonaerense. “Los intendentes que jueguen con nosotros van a tener que abrirnos lugares en la Municipalidad”, lanzan desde las filas libertarias. El cierre de listas –previsto para el 19 de julio– se acerca en un clima de alta tensión, con Cristina Kirchner silenciada por su reciente procesamiento, Massa maniobrando en las sombras y Milei dispuesto a patear el tablero. Incluso en la Justicia hay señales de descomposición: la jueza Julieta Makintach, involucrada en el caso Maradona, presentó su renuncia pero aún no fue aceptada por Kicillof. Mientras, se acumulan audios y chats que podrían estallar antes de los comicios. En este barro, Milei intenta capitalizar el hartazgo con el sistema: apela al “karma de la casta” y pone en escena su propia fórmula de supervivencia y confirma que el plan libertario en Buenos Aires ya está en marcha, con economistas al frente y conurbano en el centro. Diario Tapa Del Día  Opinión pública: La apuesta de Milei no es menor. Apuntar al bastión histórico del PJ en la Tercera Sección con un "tapado" puede parecer un riesgo, pero en un contexto donde el sistema político tradicional atraviesa una profunda crisis de representación, no es descabellado pensar que un outsider bien posicionado, con una narrativa disruptiva, logre romper la barrera simbólica del conurbano. El voto bronca ya no es patrimonio de nadie.