TAPA DEL DÍA - El peronismo bonaerense activó el modo electoral con la conformación de una mesa política tripartita que definirá las candidaturas nacionales, provinciales y municipales. La alianza busca mostrar unidad ante el avance de la oposición, aunque las diferencias internas y la compleja negociación de las listas dejan entrever un escenario de fuerte disputa. Axel Kicillof, desde Pergamino, pidió dejar de lado las diferencias para enfrentar juntos la amenaza que representan los libertarios. “Sé que hay diferencias, pero hay que pensar en el pueblo que está sufriendo”, sostuvo, intentando apaciguar los conflictos entre las distintas fuerzas internas. El armado político muestra una alianza de conveniencia entre sectores enfrentados: el cristinismo, el Movimiento Derecho al Futuro y el Frente Renovador, con Sergio Massa como mediador estratégico. Massa, considerado un nexo fundamental, mantiene diálogo directo tanto con Cristina Kirchner como con Kicillof y Máximo Kirchner, lo que le permite manejar tensiones internas que podrían haber derivado en rupturas. Una muestra palpable de esta articulación fue el reciente acuerdo en Corrientes, donde el Frente Renovador y el kirchnerismo sellaron candidaturas conjuntas, consolidando la alianza en territorio clave. Sin embargo, la verdadera prueba será la negociación en los municipios, donde los intendentes Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza deberán incluir en sus listas representantes de fuerzas rivales para cumplir con la consigna de equilibrio acordada en la mesa política. La mesa política, integrada por representantes de los tres sectores, ejerce un control férreo sobre la confección de las listas, estableciendo que todas las decisiones tengan aval tripartito para evitar favoritismos. Este mecanismo, impulsado por Kicillof, busca impedir que alguna fuerza imponga sus condiciones por mayoría. En cuanto al rol de Cristina Kirchner, desde su entorno aclararon que la consigna “Cristina Libre” acompañará la campaña, pero no será el eje central. La ex presidenta, a pesar de su detención domiciliaria, tendrá presencia simbólica y buscará confrontar directamente con el modelo que encarnan Javier Milei y su equipo económico. Así, la campaña se construye en torno a un fuerte contraste ideológico entre el peronismo y los libertarios, buscando polarizar el escenario político. La unidad del peronismo se sostiene, al menos por ahora, más por la presión del calendario electoral que por voluntad política. El cierre de listas y la negociación de espacios evidenciarán las fisuras internas, pero la dirigencia ha decidido dar la pelea desde una posición conjunta, consciente de que una fractura podría dejarles el camino allanado al adversario. TAPA DEL DÍA - Para seguir de cerca el desarrollo de esta pulseada política y otros temas de interés, consulte www.tapadeldia.com. Opinión pública La consolidación de un frente unido en el peronismo bonaerense refleja la necesidad imperiosa de contener las divisiones internas frente al avance de los libertarios. Sin embargo, la tensión entre los sectores y la complejidad de la negociación municipal podrían poner en riesgo la cohesión al momento de la campaña. La presencia simbólica de Cristina Kirchner funcionará como un faro para algunos sectores, pero el eje estará puesto en la gestión y en la confrontación de modelos, dejando de lado la figura personal. Este equilibrio será clave para definir la capacidad de resistencia del PJ en las urnas. Redacción del Diario TAPA DEL DÍA