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¿Podrán Putin y Trump poner fin a la guerra en Ucrania? La compleja negociación que divide a Europa y América

La próxima reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump despierta incertidumbre sobre un posible acuerdo de paz en Ucrania. Mientras Moscú exige ceder territorio, Kiev rechaza cualquier renuncia. Las negociaciones muestran una tensión profunda que pone en juego no solo el futuro del conflicto, sino la estabilidad geopolítica global.

  • 10/08/2025 • 08:23

TAPA DEL DÍA - La esperada reunión entre los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump, prevista para el 15 de agosto en Alaska, genera fuertes debates internacionales sobre la posibilidad real de una paz duradera en Ucrania. En este contexto, el vínculo entre la política territorial y las demandas económicas emerge como el principal escollo para un acuerdo.

Donald Trump confirmó que propondrá un esquema de “intercambio de territorios”, un planteo que provocó el rechazo inmediato del gobierno ucraniano, que no fue invitado a la reunión y sostiene la imposibilidad política de ceder territorio. Volodimir Zelensky reafirmó que Ucrania no entregará ninguna parte de su suelo a los ocupantes.

Desde Moscú, la posición oficial continúa siendo inamovible: exige la cesión de las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Kherson, territorios parcialmente ocupados desde el inicio del conflicto en 2022. Sin embargo, para Kiev, aceptar la pérdida de casi un quinto de su territorio es inviable, tanto desde lo político como desde lo estratégico.

Soldados ucranianos cargan munición en la región de Zaporiyia, el 7 de agosto de 2025Evgeniy Maloletka - AP

El asesor presidencial ruso, Yuri Ushakov, enfatizó que no hubo modificaciones en la postura de Putin pese al encuentro anunciado con Trump, mientras que las fuentes norteamericanas sugieren que Washington busca un acuerdo que consolide las posiciones rusas a cambio de una desescalada en la guerra. No obstante, lograr consenso con Ucrania y sus aliados europeos sigue siendo un desafío mayúsculo.

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En paralelo, Moscú reclama la permanencia de Crimea, anexada en 2014, y la renuncia de Kiev a integrarse a la OTAN y a continuar recibiendo apoyo militar occidental, condiciones que Ucrania y sus socios consideran inaceptables. Esta divergencia marca un punto de ruptura difícil de superar.

Expertos analizan que la clave para Putin no está únicamente en las fronteras, sino en impedir la incorporación ucraniana a la OTAN y en favorecer un gobierno más alineado con Rusia en Kiev. Por ello, no descartan que Moscú pueda mostrar alguna flexibilidad territorial en pos de esas garantías estratégicas.

En ese sentido, la hipótesis más plausible sería un “congelamiento” del conflicto, manteniendo las líneas de control actuales y dejando abierta la resolución final, una opción que podría brindar un respiro a una población que ha sufrido más de tres años de guerra.

Residentes observan un edificio destruido en un ataque aéreo ruso, en Kramatorsk, Ucrania Yevhen Titov - AP

Sin embargo, el proceso no está exento de tensiones políticas. Algunos analistas ven en esta reunión un juego de poder donde Donald Trump sigue siendo influenciado por Putin, y advierten que premiar la agresión rusa podría derivar en nuevas escaladas. El opositor ruso Garry Kasparov fue contundente al denunciar que una concesión a Moscú sólo alienta la violencia.

Además, la coyuntura económica juega un rol crucial. Rusia enfrenta un debilitamiento económico severo debido a sanciones internacionales, y busca en Estados Unidos el respaldo para levantar restricciones y recuperar inversiones, especialmente en proyectos estratégicos en el Ártico y en sectores tecnológicos.

En declaraciones recientes, Kirill Dmitriev, asesor de Putin, expresó su esperanza en que la reunión active un diálogo económico productivo entre ambas potencias, lo que revelaría que el interés económico y geopolítico prevalece sobre la resolución estricta del conflicto.

Por su parte, el geopolitólogo Alan Bauer señaló que Trump, conocido por sus acuerdos comerciales, podría estar motivado por estas oportunidades económicas, dejando en evidencia la complejidad y la multifacética naturaleza de esta negociación.

El encuentro también trae preocupaciones sobre la posible negociación en secreto de acuerdos que podrían no contar con el aval de Ucrania ni de sus aliados, lo que genera escepticismo entre observadores internacionales y actores europeos, quienes temen un desenlace perjudicial para la estabilidad regional.

Volodimir Zelenskyy durante una conferencia de prensa en Viena (Archivo)Heinz-Peter Bader - AP

Finalmente, aunque Trump busque mostrar firmeza, la realidad política y estratégica indica que una solución rápida parece inalcanzable. Como resumen, John Lough, experto del think-tank Chatham House, señaló que las demandas rusas siguen siendo demasiado elevadas y que cualquier avance será solo un primer paso en un proceso largo y complejo.

Opinión pública: La ciudadanía mundial observa con preocupación esta negociación, consciente de que la paz en Ucrania es un anhelo global, pero también temerosa de que acuerdos apresurados puedan legitimar agresiones y abrir paso a nuevas tensiones. La historia reciente sugiere que la paciencia y la presión internacional constante serán claves para evitar que la guerra se eternice.

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