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Crean en Argentina el primer tambo de burras para producir leche medicinal infantil

Un proyecto pionero en Villa María convierte la leche de burra en una alternativa natural para niños con alergia a la leche de vaca. El emprendimiento combina bienestar animal, investigación científica y potencial de exportación.

  • 18/08/2025 • 07:55

Villa María se convirtió en el escenario del primer tambo de burras de Argentina, un proyecto que busca ofrecer un alimento alternativo para niños con alergia a la leche de vaca (ALV), condición que afecta entre el 2 y el 8% de la población infantil. La iniciativa es liderada por el veterinario Luis Lossino, el ingeniero Jorge Muract y el agrónomo Pablo Talano, quienes unieron ciencia y emprendimiento para desarrollar un producto único en el país.

Hace diez años, Lossino descubrió en China los beneficios medicinales de la leche de burra, muy cercana a la leche humana y altamente digestible para niños con ALV. De regreso a Argentina, comenzó un estudio exhaustivo en la Universidad de Río Cuarto, que luego se tradujo en la puesta en marcha del tambo con la colaboración de Muract y Talano.

El establecimiento cuenta actualmente con 300 burras en ordeñe y se destaca por un manejo basado en el bienestar animal. Las burras viven con sus crías, se alimentan de pasturas de bajo costo y toleran condiciones extremas de calor. Cada ordeñe dura menos de un minuto, y la producción promedio es de un litro por día por burra.

La leche de burra posee un 97% de similitud con la leche humana, bajo contenido de caseína, péptidos bioactivos y vitaminas que fortalecen el sistema inmune. Estos atributos la convierten en una alternativa natural frente a las leches hidrolizadas industriales, muchas veces poco aceptadas por los niños. El proyecto también desarrolló una fórmula enriquecida para asegurar un aporte energético adecuado.

Actualmente, la producción mensual alcanza entre 500 y 600 litros, que se venden congelados. Próximamente, con un liofilizador, esperan ofrecer la leche en polvo, ampliando su potencial de comercialización y exportación a mercados como Colombia, Brasil y Estados Unidos.

El equipo trabaja además para que la ANMAT apruebe la leche como hipoalergénica y sea incorporada en el plan médico obligatorio, lo que permitiría que mutuales cubran el costo del producto prescripto por médicos. El proyecto involucra a universidades, hospitales y al Conicet, desarrollando avances en ingeniería genética y técnicas de producción adaptadas a distintas regiones del país.

Talano señala que este tipo de producción puede desarrollarse en zonas áridas o con terrenos subutilizados, aprovechando áreas que hoy no generan actividad económica significativa. Esto abre la posibilidad de expandir la producción sin competir con cultivos tradicionales como la soja.

La experiencia de los primeros pacientes ha sido positiva: los niños que no toleraban leche hidrolizada muestran mejoría rápida, con reducción de inflamación, recuperación de la piel y desaparición de síntomas digestivos.

Con este proyecto, Argentina se posiciona como pionera en un rubro de alto impacto social y potencial exportador, donde ciencia, cuidado animal y alimentación infantil convergen en un modelo innovador.

Opinión pública:

Expertos y padres consideran que la iniciativa de Villa María puede marcar un antes y un después en la alimentación infantil hipoalergénica, ofreciendo una alternativa natural, segura y científicamente respaldada para niños que hasta ahora tenían pocas opciones.

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