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La ONU declaró oficialmente la hambruna en Gaza: medio millón de personas en riesgo catastrófico

El organismo internacional confirmó que la crisis alimentaria en el norte del enclave palestino cumple con todos los parámetros de una hambruna. António Guterres calificó la situación como un “fracaso de la humanidad” y advirtió que Israel tiene obligaciones inmediatas para garantizar comida y medicamentos.

  • 22/08/2025 • 08:06

TAPA DEL DÍA – La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente este viernes la hambruna en el norte de Gaza, lo que marca un hecho histórico al ser la primera registrada en Medio Oriente. El informe del organismo señala que más de 500.000 personas enfrentan condiciones “catastróficas” y que la situación podría extenderse a otras regiones del enclave palestino en cuestión de semanas.

El alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, fue categórico: “La hambruna declarada hoy es el resultado directo de las acciones emprendidas por el gobierno israelí. Es un crimen de guerra utilizar la inanición como método de lucha, y las muertes resultantes también pueden equivaler al crimen de guerra de homicidio intencionado”.

En la misma línea, António Guterres, secretario general de la ONU, advirtió en su cuenta de X que “cuando parece que ya no hay palabras para describir el infierno que se vive en Gaza, se suma una nueva: hambruna”. Y agregó: “La gente se muere de hambre. Los niños mueren. Y quienes tienen el deber de actuar no lo hacen”.

El jefe humanitario de Naciones Unidas, Tom Fletcher, fue aún más explícito al afirmar que “esta hambruna nos atormentará a todos. Podría haberse evitado, pero los alimentos se acumulan en las fronteras debido a la obstrucción sistemática de Israel”.

La reacción de Israel

El gobierno israelí rechazó de inmediato el informe de Naciones Unidas, calificándolo de “parcial” y de estar “basado en mentiras de Hamas”. A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó: “No hay hambruna en Gaza”. En redes sociales, acompañaron la respuesta con imágenes de mercados y aseguraron que “más de 100.000 camiones de ayuda ingresaron desde el inicio de la guerra”.

Asimismo, acusaron a los responsables de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC) de modificar los parámetros para “blanquear las mentiras de Hamas” y defender lo que describen como una “campaña propagandística”.

Un colapso anunciado

La hambruna en Gaza fue confirmada tras meses de advertencias del IPC, organismo con sede en Roma encargado de evaluar la seguridad alimentaria mundial. Según sus parámetros, este escenario se alcanza cuando al menos 20% de los hogares no tiene acceso a alimentos, 30% de los niños menores de cinco años padece desnutrición aguda y dos de cada 10.000 personas mueren de hambre cada día.

La escalada del conflicto, los desplazamientos masivos de civiles y la prohibición casi total de ingreso de ayuda humanitaria a partir de marzo profundizaron la crisis. Aunque en mayo Israel permitió la entrada de cantidades muy limitadas de alimentos y medicinas, la situación nunca logró estabilizarse.

Desde Israel acusan a Hamas de saquear los suministros. El grupo palestino lo niega, mientras que las ONG humanitarias denuncian restricciones excesivas y enormes riesgos para distribuir la ayuda en medio de la guerra.

Un fracaso de la humanidad

“No se trata solo de comida, sino del colapso deliberado de los sistemas necesarios para la supervivencia humana”, advirtió Guterres. Y lanzó un llamado urgente: “Israel tiene obligaciones claras bajo el derecho internacional. No podemos permitir que esta situación continúe. El momento de actuar no es mañana, es ahora”.

La declaración de la ONU coloca al conflicto en Gaza en un punto de inflexión. La combinación de bloqueo, violencia y carencia extrema llevó a una tragedia que muchos especialistas consideran una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI.

Opinión pública: En redes sociales y foros internacionales crece la idea de que esta hambruna no es solo un episodio aislado, sino un símbolo de la incapacidad de la comunidad global para hacer cumplir sus propias normas. La imagen de miles de niños en riesgo de morir de hambre podría convertirse en un punto de quiebre para la legitimidad de organismos internacionales si no hay respuestas inmediatas.

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