TAPA DEL DÍA Estados Unidos intensificó su presión sobre Nicolás Maduro con un plan que combina despliegue militar, sanciones económicas y acusaciones de narcoterrorismo, en lo que se perfila como la ofensiva más contundente de la administración Trump contra el régimen chavista. Entre las medidas más destacadas se encuentran la oferta de una histórica recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro, la inclusión del Tren de Aragua y del Cartel de los Soles en la lista de grupos terroristas, y la acusación formal contra el presidente venezolano por liderar un cartel de drogas. A esto se suma el despliegue de 4.000 marines en el Mar Caribe y la presencia de tres buques de guerra frente a las costas venezolanas. Según la Casa Blanca, esta estrategia coordinada entre el Departamento de Estado, el Tesoro, la DEA y el Pentágono busca debilitar el sistema político y militar interno que sostiene a Maduro tras años de desgaste del chavismo. Karoline Leavitt, vocera oficial, afirmó: “Maduro no es un presidente legítimo, sino el líder de un cartel narcoterrorista”. El objetivo de corto plazo del despliegue militar es frenar posibles acciones agresivas contra Guyana, disuadir la movilización de milicias y limitar la capacidad de maniobra del régimen. Analistas como Ricardo Ferrer destacan que, aunque Venezuela cuenta con equipamiento militar adquirido a Rusia, China e Irán, la escasez de repuestos y la crisis económica afectan su capacidad operativa. Además, la detención y extradición a Estados Unidos de Hugo “el Pollo” Carvajal, exdirector de inteligencia militar, refuerza la estrategia de sancionar a quienes fueron influyentes en la administración chavista, enviando un mensaje claro sobre el alcance de la presión norteamericana. El escenario que se presenta indica que Washington continuará aplicando presión sostenida, combinando medidas económicas y militares, mientras evalúa la posibilidad de nuevas acciones contra figuras clave del régimen de Maduro. Opinión pública: Expertos coinciden en que esta ofensiva genera un clima de extrema tensión en la región y aumenta la probabilidad de un aislamiento progresivo del chavismo, mientras que el riesgo de un enfrentamiento directo sigue siendo limitado pero latente. TAPA DEL DÍA