TAPA DEL DÍA – El auge de la inteligencia artificial (IA) ha impulsado a miles de estudiantes y profesionales a pensar en doctorados como vía de acceso a una industria que paga cifras millonarias por talento especializado. Sin embargo, Jad Tarifi, fundador del primer equipo de IA generativa en Google, advirtió que este camino ya no resulta viable para la mayoría. En una entrevista con Business Insider, Tarifi sostuvo que “la propia IA habrá cambiado radicalmente —o desaparecido— para cuando termines un doctorado”. Según explicó, la velocidad del avance tecnológico convirtió en obsoletos los modelos académicos extensos, que requieren más de cinco años de dedicación antes de ofrecer resultados. El experto, doctor en IA por la Universidad de Florida y fundador de Integral AI tras casi una década en Google, subrayó que solo vale la pena embarcarse en un doctorado en áreas muy específicas y emergentes, como la aplicación de la inteligencia artificial en biología. “Debes estar un poco loco para hacerlo, como lo estaba yo en su momento”, confesó. Tarifi también remarcó que el mercado laboral se mueve casi al mismo ritmo que los avances en IA, con empresas como Meta que ofrecen bonificaciones millonarias para captar expertos. En este contexto, la academia queda relegada y resulta más provechoso, en la mayoría de los casos, aprender e innovar fuera de la universidad. Su mirada va más allá del campo tecnológico: carreras largas como medicina o derecho también se ven amenazadas por la velocidad de la automatización. “En el sistema médico actual, lo que se aprende en la facultad está tan desactualizado y se basa tanto en la memorización que muchos terminan desperdiciando años valiosos en títulos que pronto serán menos relevantes”, señaló. Para Tarifi, el éxito en la era de la inteligencia artificial requiere habilidades interpersonales: empatía, comunicación y motivación propia. “Lo más valioso que puedes cultivar es interno: medita, socializa, conoce tus propias emociones”, recomendó. Aseguró que no es necesario dominar cada aspecto técnico, ya que lo esencial es comprender los límites de la IA y saber interactuar con ella con criterio humano. Este enfoque también es compartido por referentes como Paul Graham, fundador de Y Combinator, quien advirtió que los trabajos básicos de programación ya están desapareciendo por efecto de la automatización. La clave, afirma, es especializarse en lo complejo y en lo que verdaderamente apasiona. En conclusión, Tarifi invita a quienes consideran una carrera en IA a reflexionar: solo aquellos con verdadera pasión deberían embarcarse en estudios prolongados. Para el resto, la adaptabilidad, el aprendizaje continuo y las habilidades sociales serán las herramientas decisivas para prosperar en un mundo donde la inteligencia artificial avanza más rápido que los sistemas académicos tradicionales. TAPA DEL DÍA Opinión pública: La advertencia de Tarifi pone en evidencia una tensión creciente: mientras la sociedad aún concibe los doctorados y títulos como símbolo máximo de prestigio, la realidad tecnológica impone velocidad y flexibilidad. La idea de que el conocimiento profundo ya no se obtiene solo en la universidad, sino también en la interacción constante con sistemas que evolucionan cada mes, puede marcar un quiebre en la manera en que concebimos la educación superior. Quizás estemos presenciando el inicio del fin de los títulos eternos como garantía de éxito.