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Los audios que sacuden a la Rosada: blindaje a Karina Milei, guerra de espías y tensión en el Gobierno

El escándalo por los audios atribuidos a Darío Spagnuolo desató una crisis política en la Casa Rosada. La teoría oficial habla de una operación de inteligencia, mientras Karina Milei busca mostrar fortaleza en medio de internas, fracturas y sospechas que inquietan al poder.

  • 24/08/2025 • 09:23

TAPA DEL DÍA - El Gobierno de Javier Milei atraviesa uno de sus momentos más críticos tras la difusión de audios atribuidos a Darío Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Las grabaciones mencionan presuntos sobornos e involucran a Karina Milei, a Lule Menem, a Daniel Garbellini y a la droguería Suizo Argentina. La conmoción fue inmediata: la Casa Rosada reaccionó con despidos, la Justicia intervino y la incertidumbre se disparó en lo más alto del poder.

En medio del escándalo, Karina Milei se mostró sonriente en un acto en La Matanza. Frente a ocho mil fiscales libertarios reunidos en el club Social Oasis, la hermana del Presidente buscó transmitir fortaleza. Sin embargo, la sombra de los audios condicionó cada paso. La oficialización de la hipótesis de una “operación política” contra La Libertad Avanza fue inmediata.

La difusión de los audios dejó heridas internas expuestas. Spagnuolo, abogado cercano al Presidente y habitual visitante de Olivos, quedó desplazado y bloqueado por Milei. El juez Sebastián Casanello y el fiscal Franco Picardi investigan el caso, mientras desde el oficialismo se insiste en que se trata de un plan de desgaste impulsado por sectores ligados a los servicios de inteligencia.

La tensión política se multiplica. La ministra Patricia Bullrich presentó un sistema de peritaje rápido de celulares, mientras que las miradas recaen en los teléfonos de los protagonistas del escándalo. La diputada Lilia Lemoine acusó directamente al tesorero de la AFA, Pablo Toviggino, de estar detrás de la filtración. En paralelo, la interna entre Karina Milei, Santiago Caputo y el clan Menem aparece como telón de fondo de la crisis.

Las consecuencias ya son palpables: la fractura del bloque libertario en Diputados, el veto frustrado en Discapacidad y la creciente desconfianza dentro del oficialismo. Dirigentes como Carlos D’Alessandro y Marcela Pagano marcaron distancia, mientras que en San Luis llaman a votar en blanco como señal de protesta.

La vicepresidenta Victoria Villarruel, en tanto, se despegó con un mensaje en Chubut donde advirtió que atraviesa “un momento difícil y confuso”. Sus palabras dejaron entrever un escenario de fracturas en la cima del poder, alimentando la pregunta que sobrevuela a la política argentina: ¿es Karina quien lidera, o todo responde a Javier Milei?

En la Casa Rosada se instaló una caza de brujas. La guerra de espías y la paranoia por nuevas filtraciones reconfiguran el tablero. El círculo de hierro se transformó en un círculo cerrado que aprieta al Gobierno en uno de sus peores momentos desde la asunción.

Opinión pública

El escándalo expone un rasgo profundo de la política argentina: la fragilidad de los liderazgos basados en entornos reducidos y familiares. Cuando las disputas internas se combinan con operaciones externas y sospechas de corrupción, el resultado es un Gobierno acorralado que enfrenta dificultades para mantener cohesión y credibilidad. En este contexto, blindar a Karina Milei equivale a blindar al propio Presidente.

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