TAPA DEL DÍA: La ola de calor que azotó España en agosto se convirtió en la más intensa desde que existen registros oficiales, según informó la Agencia Meteorológica Nacional (Aemet) en la red social X. Este fenómeno, que se extendió entre el 3 y el 18 de agosto, dejó más de 1100 fallecidos y desató incendios devastadores en el noroeste del país. El período más crítico, comprendido entre el 8 y 17 de agosto, marcó un récord de diez días consecutivos con temperaturas extremadamente altas, superando en 4,6°C las máximas normales para una ola de calor, y superando así la ola de julio de 2022. Desde 1975, España ha registrado 77 olas de calor, pero cinco de las seis más intensas se produjeron desde 2019, evidenciando un agravamiento de estos fenómenos. Según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III, el sistema MoMo atribuye a esta ola de calor al menos 1149 muertes, considerando la variación diaria de mortalidad frente a las series históricas. Si bien no se puede establecer una causalidad absoluta, las cifras reflejan el impacto extremo de las altas temperaturas. Los incendios, alimentados por el calor extremo, arrasaron más de 350.000 hectáreas en España y Portugal, dejando ocho muertos y un devastador saldo ambiental. En el noroeste español permanecen activos 15 focos de gran magnitud, según la directora de Protección Civil y Emergencias, Virginia Barcones, quien instó a mantener la alerta debido al riesgo de reactivaciones por viento sur. En Galicia, la provincia de Ourense resultó la más afectada, con casi 90.000 hectáreas perdidas. Incendios históricos como los de Larouco (44.000 ha) y Oímbra (28.000 ha) fueron controlados, mientras que otros como Carballeda de Valdeorras y Chandrexa de Queixa siguen activos. Los paisajes muestran campos ennegrecidos, huertas destruidas y aldeas en estado de vigilancia permanente. El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, destacó que la mejora depende de un cambio en las condiciones meteorológicas, especialmente el descenso de temperaturas, mayor humedad y la llegada de lluvia que podría marcar el inicio del fin de la emergencia. El panorama actual refleja una tragedia de magnitud histórica, donde el calor extremo no solo ha puesto en riesgo vidas humanas, sino que ha alterado ecosistemas completos y ha dejado una profunda huella social y ambiental. Opinión pública: La ola de calor y los incendios han generado un debate sobre la necesidad urgente de políticas preventivas y de adaptación al cambio climático, además de reforzar la infraestructura y protocolos de emergencia ante fenómenos extremos. TAPA DEL DÍA