TAPA DEL DÍA - La reciente finalización del período de inscripción para los vouchers educativos dejó en evidencia una caída significativa en la demanda: 620.331 solicitudes, contra las 1.086.584 del año anterior, según informó el Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello. Este programa, destinado a subsidiar hasta el 50% de la cuota mensual en escuelas privadas con aporte estatal igual o superior al 75%, incluye niveles de jardín, primario y secundario. En primaria, el beneficio máximo puede alcanzar los $13.000 por hijo, dependiendo del porcentaje de subvención. Sin embargo, los estrictos requisitos familiares y académicos, además de la reciente incorporación de un control trimestral para verificar la regularidad de pago, condicionaron el acceso este año. El Gobierno justificó la baja en la inscripción argumentando que “la reducción de la pobreza y las políticas de asistencia directa, como la AUH y los controles inflacionarios, disminuyen la necesidad del programa”. Pero desde la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada (AIEPA), su secretario ejecutivo Martín Zurita, y el secretario general de ADEEPRA, Perpetuo Lentija, advirtieron que la burocracia y el monto insuficiente desalientan la participación. Zurita explicó que “el 50% corresponde a la cuota base y no a la cuota total, lo que limita el impacto económico real para las familias”. Lentija, por su parte, remarcó que en muchos hogares el voucher solía destinarse a gastos adicionales como transporte o útiles, y que la actual cifra no cubre esas necesidades. Ambos coincidieron en la necesidad de ampliar el programa para incluir más escuelas subvencionadas que hoy quedan afuera por el requisito del 75% estatal. La socióloga Cecilia Veleda señaló que solo un 30% de los estudiantes argentinos asisten a escuelas privadas, concentradas en provincias como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, con regiones del interior donde el acceso es mucho menor. Además, criticó que mientras el Estado nacional incrementa recursos para familias de escuelas privadas, recorta el presupuesto destinado a la educación pública, profundizando así las desigualdades. En cuanto a la morosidad, Lentija advirtió que si bien no se detectaron altos índices generales, los sectores más vulnerables registran retrasos significativos en el pago de cuotas, lo que tensiona la viabilidad de las instituciones. “Las penalidades bajas por mora no incentivan la puntualidad”, concluyó. TAPA DEL DÍA - Esta fuerte caída en inscripciones a los vouchers educativos expone un choque entre las políticas oficiales y la realidad de muchas familias que siguen sin poder afrontar los costos de la educación privada, a la vez que plantea un desafío para el diseño de futuras ayudas que logren un alcance más efectivo y equitativo. Redacción del Diario Tapa Del Día