Jorge Gorini, presidente del Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2), anunció que se ausentará durante una semana a partir del lunes próximo, justo cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner debe presentarse ante la Justicia tras la confirmación de su condena en la causa Vialidad. Esta decisión genera un nuevo revuelo en Comodoro Py y despierta interrogantes sobre la celeridad de la detención ordenada. Según confirmaron fuentes judiciales, la licencia de Gorini estaba solicitada con anterioridad a la ratificación de la condena por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Sin embargo, la coincidencia temporal resulta, cuanto menos, polémica. En su lugar asumirá temporalmente el juez Rodrigo Giménez Uriburu, quien deberá resolver los próximos pasos en un expediente que ya es considerado histórico por su impacto político y mediático. El miércoles está previsto que Cristina Kirchner se presente en el Tribunal para cumplir con los requerimientos judiciales derivados de la causa que la condenó por administración fraudulenta durante su gestión como presidenta. Distintos sectores de la oposición ya pusieron en duda la imparcialidad del TOF 2 y exigen explicaciones por la sorpresiva ausencia de Gorini. Desde el kirchnerismo, en tanto, aseguran que la licencia "no modifica el curso de la causa" y que se trata de una maniobra de los medios para alimentar la tensión política en un año clave de definiciones electorales. Este nuevo capítulo profundiza la grieta entre el oficialismo y la Justicia, reavivando viejas acusaciones de lawfare y persecución judicial que Cristina Kirchner denuncia desde hace años. Mientras tanto, la atención pública se concentra en la jornada del miércoles, que podría marcar un punto de inflexión en la escena política argentina. Para TAPA DEL DÍA, la situación deja expuesto, una vez más, el delicado equilibrio de poder entre la dirigencia política y el aparato judicial, y evidencia la falta de confianza que buena parte de la sociedad mantiene sobre los jueces federales. Opinión: La inesperada licencia de Gorini refuerza la percepción de que la Justicia argentina actúa al compás de la coyuntura política. Más allá de las explicaciones formales, el momento elegido erosiona aún más la credibilidad institucional. En tiempos de crisis de representación, la sociedad exige señales de transparencia y firmeza que, una vez más, parecen postergadas. Diario Tapa Del Día