Pergamino — En una entrevista con nuestros colegas de Canal 4, el meteorólogo Ezequiel Eslava, referente de Clima Pergamino, confirmó que la ciudad ya superó los 1100 milímetros de precipitaciones en lo que va de 2025. El dato posiciona al distrito entre los más afectados por las intensas lluvias que golpearon a gran parte del norte bonaerense. El impacto de las lluvias en los arroyos y el suelo Eslava explicó que el arroyo de Pergamino modificó notablemente su fisonomía por la contracción del cauce y los cambios en las barrancas. “Para el lado este los perfiles son más abruptos, lo que hace que el agua impresione más. En cambio, hacia el sector de Rocha se ensancha y parece una laguna”, detalló. El meteorólogo remarcó que el problema no se debe únicamente a los 150 milímetros caídos en la última tormenta, sino a la acumulación de agua que arrastra la región desde comienzos de año. “Hasta junio se registraron 800 milímetros. El suelo ya no absorbe, cada gota que cae se convierte en anegamiento”, señaló. Agosto marcó un récord histórico El especialista informó que agosto tuvo dos eventos extraordinarios: 120 y 150 milímetros en pocos días. “Hoy el acumulado supera los 1100 milímetros y todavía faltan cuatro meses muy lluviosos: septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Si la tendencia continúa, este año puede cerrar con entre 1200 y 1300 milímetros”, advirtió. Como antecedente recordó diciembre de 2016, cuando Pergamino sufrió la segunda inundación más grave de su historia. “No podemos descartar escenarios similares si se repiten precipitaciones extremas”, agregó. Un 2025 entre los más húmedos de la historia Eslava anticipó que los registros de este año podrían ubicar a Pergamino dentro del “top 10” de los años más lluviosos. “Es un contexto climático complejo que obliga a estar atentos. Localmente hay muchos puntos anegados, sobre todo en la cuenca del Chuchuma”, indicó. Finalmente, destacó que el evento de lluvias intensas ya pasó y que las condiciones tenderán a normalizarse en los próximos días, aunque subrayó la necesidad de seguir monitoreando el comportamiento de las precipitaciones en la región.