Cruce libertario en Canal 4: Insultos entre Jorge Dib y Mariano Crespi sacuden la campaña en Pergamino

Pergamino. La campaña electoral local sumó un episodio de alto voltaje político este martes por la tarde en los estudios de Canal 4, cuando el concejal Jorge Dib y el candidato a concejal Mariano Crespi protagonizaron un violento cruce verbal que quedó registrado en video y rápidamente circuló en redes sociales.

Un ingreso inesperado que desató el escándalo

El hecho se produjo minutos antes de una entrevista pautada con Crespi. Según testigos, Dib ingresó sin ser invitado al set del programa político, lo que desencadenó una discusión cargada de reproches, acusaciones y descalificaciones. La tensión fue tal que la producción debió interceder para evitar que el enfrentamiento escalara aún más.

El video que amplificó el conflicto

Fue el propio Crespi quien grabó parte de la escena con su teléfono celular y luego la difundió en sus redes sociales. El material rápidamente se viralizó y multiplicó el impacto del episodio en la opinión pública pergaminense, generando repercusiones inmediatas tanto en militantes como en dirigentes de distintos espacios.

Un reflejo de la interna libertaria

El altercado expone las tensiones internas dentro del espacio libertario en Pergamino, donde distintas corrientes disputan protagonismo en la escena local. Lejos de tratarse de un intercambio de ideas, la discusión derivó en ataques personales que oscurecen el clima de la campaña y dejan en segundo plano las propuestas políticas.

Preocupación por la calidad del debate democrático

Más allá de los protagonistas, el episodio encendió alarmas en torno a la calidad del debate electoral. En lugar de ofrecer proyectos y visiones para la ciudad, las confrontaciones públicas cargadas de insultos y agravios erosionan la confianza ciudadana y degradan la discusión democrática.

El desafío hacia adelante

El caso de Canal 4 se convierte en una señal de alerta: la necesidad de que los espacios políticos en Pergamino encaucen la campaña hacia la confrontación de ideas y propuestas, sin caer en la lógica del escándalo. La ciudadanía espera un debate serio que aporte soluciones, no un espectáculo de agravios que solo profundiza la desconfianza.