TAPA DEL DÍA  Un equipo de investigadores de la Universidad Austral y el Conicet logró un avance sin precedentes en el tratamiento de la hepatitis fulminante, también conocida como falla hepática aguda grave. Esta enfermedad, que provoca necrosis masiva del hígado y puede requerir trasplante para salvar la vida, ahora cuenta con una posible nueva estrategia terapéutica. El descubrimiento se centra en la proteína RAC1, cuya actividad se incrementa en pacientes con hepatitis fulminante. Los científicos demostraron por primera vez que su bloqueo farmacológico mediante la molécula 1D-142 protege el hígado, reduce la inflamación y limita el daño celular. Originalmente diseñada para oncología, esta molécula nunca antes había sido aplicada en modelos animales o tejidos humanos con esta patología. Los ensayos preclínicos, realizados en tres modelos animales distintos, mostraron una reducción del 40% al 60% en los niveles de enzimas hepáticas ALT y AST, indicadores clave de daño hepático. Además, se observó menor acumulación de radicales libres, reducción de células inflamatorias y disminución de citoquinas proinflamatorias. En tejidos humanos ex vivo, el efecto fue consistente: menor necrosis y regulación favorable del perfil inmunológico, sin signos de toxicidad en hígados sanos. “La validación de RAC1 como objetivo terapéutico representa un paso crucial hacia tratamientos efectivos para una enfermedad con opciones limitadas”, explicó el doctor Guillermo Mazzolini, investigador superior del Conicet y director del Laboratorio de Hepatología Experimental y Terapia Génica, donde se llevó a cabo la investigación. El estudio, enmarcado en la tesis doctoral de Bárbara Bueloni, con participación de Esteban Fiore y colaboración del INTI y la empresa biotecnológica Spectrum, ya fue aceptado para publicación en Journal of Hepatology Reports. La tecnología cuenta con una patente internacional en trámite y abre la posibilidad de extender su aplicación a la falla aguda sobre crónica, un síndrome que afecta a pacientes con cirrosis y alta mortalidad. “Es el resultado de años de investigación y demuestra cómo la ciencia traslacional puede generar innovaciones con impacto real en la salud”, concluyó Mazzolini. Este hallazgo posiciona a Argentina en la vanguardia mundial de la investigación hepatológica, ofreciendo una esperanza concreta para quienes enfrentan la hepatitis fulminante y otras patologías hepáticas graves. Especialistas consultados destacan que la validación de RAC1 como objetivo terapéutico no solo representa un avance científico, sino que podría transformar los protocolos clínicos y reducir significativamente la mortalidad en casos de falla hepática aguda. TAPA DEL DÍA