TAPA DEL DÍA  Las lluvias históricas que marcaron agosto dejaron un escenario sin precedentes para la agricultura argentina, con impactos positivos y negativos según la región y el cultivo. Los informes recientes de las principales bolsas del país coinciden en describir un mes excepcional en precipitaciones, con registros que no se veían desde hace 30 años. Según el informe semanal de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las "inéditas lluvias" han sido calificadas como un "cisne negro", generando grandes oportunidades para los cultivos, pero también riesgos significativos debido a la saturación de suelos. Se estima que el 83% de la región agrícola presenta suelos con altos niveles de humedad, un factor determinante para la campaña fina de trigo y cebada, y el inicio de la gruesa de soja, maíz y girasol. El trigo mantiene condiciones "muy buenas a excelentes" en el 80% del área sembrada, mientras que la cebada registra un 82% de lotes con humedad adecuada y un 93% en estado normal a bueno. Sin embargo, la recurrencia de lluvias genera preocupación por la aparición de focos de enfermedades fúngicas en zonas del este y sur del área agrícola, afectando el 27,3% de la superficie. En cuanto a los cultivos de verano, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) destacó que la siembra de girasol se ha ralentizado, aunque ya cubre el 22,7% de las 2,6 millones de hectáreas proyectadas, con adelantos respecto al promedio histórico y el ciclo previo. La cosecha de maíz 2024/25 avanzó lentamente, alcanzando el 98,5% del área estimada con un rendimiento promedio de 72 quintales por hectárea, manteniendo la proyección de 49 millones de toneladas. El impacto climático de agosto fue especialmente severo en localidades como Monte Maíz, donde se registraron lluvias que no se daban desde hace 90 años, y en María Teresa, que acumuló 344 mm, superando con creces la media histórica de 30 mm. Pergamino, Chovet y Godeken también registraron cifras excepcionales, consolidando el carácter histórico de estas precipitaciones. De cara a los próximos días, la BCR prevé un período de buen tiempo con heladas entre viernes y sábado, mientras que para el miércoles 10 de septiembre se esperan precipitaciones en el sur y este de GEA. "Los pronósticos de corto plazo indican mayor circulación de aire frío y seco, ausencia de lluvias durante la primera década de septiembre y un marcado descenso de las temperaturas", indicó Alfredo Elorriaga, consultor de la entidad. Si bien las lluvias representan un desafío para la siembra y el manejo de los cultivos, los expertos coinciden en que el escenario también abre oportunidades para la mejora de perfiles de humedad y desarrollo vegetativo temprano, especialmente para trigo y cebada. En este contexto, el sector agroindustrial deberá ajustar estrategias para equilibrar los riesgos y beneficios de un clima extraordinario. La situación genera expectativas sobre cómo impactará en los rendimientos futuros y en la planificación de la próxima campaña gruesa, siendo un punto de análisis prioritario para productores, técnicos y autoridades agrícolas. La opinión de especialistas y productores refleja que, pese a los riesgos, la comunidad agrícola ve con optimismo la recuperación de humedad en los suelos y el potencial positivo para la producción, siempre que se gestionen adecuadamente los excesos hídricos. TAPA DEL DÍA