TAPA DEL DÍA El jueves pasado marcó un hito político y financiero en la Quinta de Olivos. Mientras Javier Milei y Karina Milei coordinaban reuniones con más de 70 colaboradores y candidatos de La Libertad Avanza para organizar la campaña electoral, se desarrollaba otro encuentro de máxima relevancia que pasó casi desapercibido para la opinión pública: la visita de Barry Bennet, influyente lobbista y estratega político de Donald Trump. La reunión coincidió con una jornada de alta tensión en los mercados: el Banco Central debió intervenir en la venta de reservas por segunda rueda consecutiva. Bennet, que ya había mantenido encuentros previos con Santiago Caputo, asesor presidencial de Milei, facilitó el vínculo que posteriormente permitió el viaje del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, a Buenos Aires en abril. El encuentro de Bessent con el gobierno argentino anticipó que Washington estaba dispuesto a brindar respaldo económico frente a un eventual shock financiero. Ese compromiso fue activado el último viernes, cuando la volatilidad del dólar llevó a la Casa Rosada a acelerar negociaciones oficiales y extraoficiales que derivaron en un salvataje financiero sin precedentes para el país, buscando ofrecer un respiro al gobierno antes de las elecciones del 26 de octubre. Durante el fin de semana, las tratativas avanzaron bajo tres canales simultáneos: diplomático, técnico y “backchannel”. El canciller Gerardo Werthein confirmó la reunión bilateral entre Milei y Trump en Nueva York, en el marco de la Asamblea General de la ONU. Paralelamente, los dos Caputo de Milei, junto a lobbistas de Tactic Global, aceleraron el anuncio del paquete financiero que incluyó un swap por 20.000 millones de dólares y la disposición a comprar bonos argentinos en dólares. Wall Street también jugó un rol estratégico: inversores que conocían a “Toto” Caputo desde hace años colaboraron para garantizar la ayuda. La coordinación entre el entorno argentino y los lobbistas estadounidenses logró generar un clima de confianza que permitió destrabar un acuerdo complejo en tiempo récord. El lunes por la mañana, la confirmación llegó mediante declaraciones de Werthein y un tuit de Bessent anticipando que Washington desplegaría todos los recursos posibles para apoyar a Argentina, incluyendo opciones de préstamos en dólares y swaps financieros, consolidando un respaldo sin precedentes para un gobierno latinoamericano. El apoyo estadounidense, además de aliviar la presión en los mercados, refleja el interés estratégico del trumpismo por fortalecer una opción no peronista en la región, garantizar capacidad de implementación de reformas económicas y limitar la influencia de China en el país. Según analistas, este respaldo se convierte en un factor político y geopolítico clave de cara a las elecciones y al posicionamiento económico de Argentina. TAPA DEL DÍA Opinión pública: La noticia ha generado reacciones diversas. Mientras algunos sectores celebran la llegada de fondos y la apertura a inversiones, otros cuestionan la influencia directa de Estados Unidos en la política argentina, generando un debate sobre soberanía y estrategia económica en plena contienda electoral.