TAPA DEL DÍA  En el barrio San Cayetano de Rafael Castillo, La Matanza, un joven de 22 años se convirtió en un ejemplo de generosidad y compromiso social. Emiliano David Alomo armó una pequeña barbería junto a su cama y decidió cortar el pelo gratis a jubilados que no pueden costear el servicio, alcanzando ya a más de 30 personas en poco más de un mes. “Muchas veces lloran porque no pueden pagar un corte”, confesó Emiliano a TN, destacando el impacto emocional que genera su gesto. La iniciativa nació tras observar las dificultades económicas de los adultos mayores y el rechazo que enfrentan en algunos locales. El joven barbero combina esta actividad con la reparación de celulares y la venta de electrodomésticos y zapatillas, demostrando un esfuerzo constante por salir adelante. Su pasión por la barbería comenzó hace cuatro años, inspirado por amigos y tutoriales de YouTube, y tras superar obstáculos como la falta de herramientas adecuadas y la desconfianza inicial de los clientes. Gracias al apoyo de su tío, que le regaló una máquina profesional, Emiliano pudo perfeccionar su técnica. Actualmente recibe a vecinos, amigos y clientes en su habitación, ubicada junto a su cama, cobrando $9.000 por corte y hasta $12.000 a domicilio. Sin embargo, los jubilados tienen acceso a cortes completamente gratuitos. El joven barbero publicó en Facebook su propuesta solidaria el 8 de agosto: “Hola gente, mi nombre es Emiliano, soy barbero. El lunes arranco a cortar el pelo a los jubilados, totalmente gratis. Lo hago de corazón y me gustaría ayudar sin pedir nada a cambio”. La publicación generó tanto apoyo masivo como críticas basadas en prejuicios sobre su apariencia y tatuajes, que él asegura fueron difíciles de superar. A pesar de los comentarios negativos, Emiliano continuó su labor, consolidando su reputación en el barrio. Más allá del corte de pelo, ofrece un espacio de contención y conversación para los adultos mayores, cumpliendo un rol que muchos barberos describen como el de un “barbero psicólogo”. “Veo a esa gente que se emociona porque nadie hace nada por ellos y que yo vaya a su domicilio, les corte y la semana próxima vuelva. La verdad, cuando me voy de ese lugar, me voy contento y pienso en lo que estoy logrando”, relató Emiliano, destacando la satisfacción personal que le brinda su gesto solidario. La historia de Emiliano no solo refleja la importancia de la solidaridad, sino que también derriba prejuicios sociales y muestra que la generosidad no tiene edad ni apariencia. Su iniciativa se ha viralizado, inspirando a otros jóvenes y vecinos a replicar acciones similares en sus comunidades. TAPA DEL DÍA