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Economía

Alarma por el deterioro urbano: casi la mitad de los hogares del país carece de acceso pleno a servicios básicos, según el Indec

Un nuevo relevamiento oficial confirmó que el acceso a agua, gas y cloacas retrocedió en los últimos tres años. Además, persisten situaciones de hacinamiento y viviendas próximas a basurales e inundaciones. La desigualdad territorial se profundiza y afecta especialmente a las familias de menores ingresos.

  • 09/11/2025 • 10:25

La última Encuesta de Condiciones de Vida difundida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) correspondiente al primer semestre de 2025 encendió una señal de alerta en los centros urbanos del país. De acuerdo con el informe, casi la mitad de los hogares no accede de manera simultánea a los tres servicios públicos esenciales: agua corriente, gas natural y cloacas. Esta cifra refleja un retroceso respecto al escenario registrado hace tres años.

Según el organismo, el 90,6% de los hogares posee conexión a la red de agua potable. Sin embargo, el acceso al gas natural cae al 65,7% y el desagüe cloacal alcanza al 73,1%. Esto implica que el 34,3% de las familias no cuenta con gas por red y el 26,9% carece de cloacas. Mientras la cobertura de agua mostró una leve mejora, los otros servicios retrocedieron, marcando una tendencia preocupante.

Actualmente, solo el 53,8% de los hogares accede de manera conjunta a los tres servicios. El resto, es decir el 46,2%, convive con al menos una carencia. Ese porcentaje, que era menor en 2022, muestra una situación creciente de desigualdad en materia de infraestructura. A nivel individual, el 48,4% de las personas vive en viviendas sin cobertura plena.

Casi la mitad de hogares no acceden a uno de los tres servicios públicos esenciales. (Fuente: Indec)

La situación varía según la región: en algunos aglomerados, existe infraestructura disponible, pero no se realizan las conexiones domiciliarias por falta de recursos o de obras de extensión. Esta disparidad evidencia que, aun con redes instaladas, la cobertura efectiva no siempre llega a las familias.

Hacinamiento crítico y riesgos ambientales

El relevamiento también analizó la convivencia dentro de los hogares. El 1,8% de las viviendas registra hacinamiento crítico, definido como más de tres personas por cuarto. Esto representa alrededor de 186.000 hogares, habitados por más de un millón y medio de personas. Aunque el porcentaje general es bajo, se concentra en sectores vulnerables y afecta tanto la convivencia como las posibilidades de estudio y descanso.

Otro dato que preocupa es la convivencia próxima a basurales. El 5,1% de los hogares se encuentra a menos de tres cuadras de estos focos ambientales, mientras que el 9% vive en áreas consideradas inundables, donde se registraron anegamientos durante el último año. En contraste, el 94,9% de las familias habita lejos de basurales y el 91% en zonas que no sufrieron inundaciones recientes.

Al cruzar ingresos y entorno socioambiental, la desigualdad se vuelve evidente. Entre las personas indigentes, el 18,6% vive en zonas inundables y el 9,1% cerca de basurales. Entre sectores no pobres, estas cifras se reducen drásticamente. El acceso a servicios esenciales y entornos saludables continúa siendo una barrera para los sectores de menores recursos.

Radiografía urbana

Las cifras trazan un mapa complejo, donde los servicios básicos retroceden o avanzan de manera irregular, y donde condiciones ambientales adversas persisten cerca de los hogares más vulnerables. Los especialistas señalan que el acceso al agua, gas y cloacas no solo impacta en la calidad de vida, sino también en las oportunidades de educación, trabajo y desarrollo social.

Esta situación, advierten distintos analistas, requerirá una intervención coordinada entre Estados nacionales, provinciales y municipales, junto con inversión en infraestructura y programas de urbanización.

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Opinión pública: distintos sectores de la sociedad interpretan estos indicadores como una señal de agotamiento de la infraestructura urbana, y temen que, sin una decisión política contundente, la brecha entre zonas con servicios completos y áreas vulnerables se profundice.

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