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Abusos, pérdida y quiebras: el duro pasado que impulsó a Juan Bautista Segonds a cambiar miles de vidas

Superó abusos en la infancia, vio morir a su mejor amigo, enfrentó quiebras y una experiencia límite. Hoy, Juan Bautista Segonds recorre el mundo brindando herramientas de actitud, gratitud y cambio personal, impulsando a miles a transformar su realidad desde lo cotidiano.

  • 09/11/2025 • 10:39

TAPA DEL DÍA

Juan Bautista Segonds, reconocido coach y fundador de Rugby Sin Fronteras, se ha convertido en una voz inspiradora que atraviesa fronteras. A los 55 años, viaja constantemente ofreciendo conferencias en las que comparte enseñanzas surgidas de una vida marcada por desafíos profundos. Su mensaje, centrado en la acción y el cambio de actitud, impacta a miles de personas que encuentran en él una perspectiva renovadora.

Sus encuentros no dejan indiferente a nadie. Risas, emoción y una fuerte sensación de transformación se repiten en cada audiencia. “No cambiaron el mundo, cambiaron de mundo”, afirma sobre quienes lo escuchan. Con más de sesenta viajes al año, sus presentaciones abarcan Neuquén, Buenos Aires, La Pampa, México y diversos escenarios internacionales. Su charla TEDx, “Solo cambié mi actitud y todo cambió”, ya cuenta con millones de visualizaciones en Sudamérica.

Pero detrás de esa energía se encuentra una historia atravesada por pruebas dolorosas. Segonds sufrió abuso en su infancia, presenció la muerte de un amigo, quebró financieramente en varias oportunidades y, en 2012, vivió una experiencia cercana a la muerte que le dio un giro espiritual definitivo. Aquella vivencia, según relata, le permitió comprender un propósito mayor.

Nacido en Coronel Suárez, encontró sentido en el rugby y a los 14 años comenzó a emprender. Junto al sobreviviente de la tragedia de los Andes, Gustavo Zerbino, creó Rugby Sin Fronteras, proyecto que promueve la paz a través del deporte. Ese camino lo llevó a lugares emblemáticos como las Islas Malvinas, Jerusalén y la Franja de Gaza, además de ser recibido por los papas Benedicto XVI y Francisco. Entre distinciones, fue nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires, Embajador de la Paz y Ciudadano de la Ética.

Junto a Gustavo Zerbino, sobreviviente de la tragedia de los Andes, fundó Rugby Sin Fronteras, una organización que promueve la paz a través del deporte. (Foto: gentileza Juan Bautista Segonds)

Su visión se centra en la importancia de la actitud: “Somos lo que hacemos. No elegimos el contexto, pero sí somos responsables de cómo actuamos frente a él”. En sus charlas, insiste en que la queja es un elemento paralizante. Para él, la acción consciente, aunque mínima, vale más que cualquier intención elevada.

Segonds comparte herramientas simples para cambiar hábitos: mantener el teléfono lejos al dormir, agradecer al despertar, dedicar minutos a técnicas como el chi kung, meditación o yoga, y comenzar el día con una combinación antiinflamatoria para el organismo. Estos hábitos, acompañados de amor propio y gratitud, son claves en su filosofía.

También invita a reflexionar sobre la felicidad, que define como una decisión y no como un premio. Advierte que aferrarse a la queja o culpar a terceros bloquea la evolución personal. En cambio, propone elegir pensamientos conscientes y recordar que cada jornada es una oportunidad para aportar algo mejor al entorno.

El coach asegura compartir con la gente las herramientas que le funcionaron para cambiar su actitud. (Foto: gentileza Juan Bautista Segonds)

Con un objetivo claro, sostiene que su misión es despertar conciencias y recordar que cada persona posee un brillo propio. “Cada día tiene 86.400 segundos: hay que honrarlos como si fueran los últimos”, señala con firmeza. Desde ese enfoque, afirma que uno quizás no logre cambiar el mundo, pero sin dudas puede cambiar de mundo.

Esta nota ha sido verificada y producida por TN

TAPA DEL DÍA

Opinión pública razonada: La fuerza del mensaje de Segonds radica en su coherencia: sobrevivió a situaciones extremas y, lejos de quedar atrapado en ellas, eligió resignificar cada experiencia. En un contexto social donde la queja se multiplica, su enfoque invita a retomar el control personal mediante decisiones pequeñas, pero sostenidas. Su impacto no solo emociona: propone una salida concreta, accesible y necesaria.