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Israel arrasa la estructura militar de Irán y deja a Khamenei aislado en Medio Oriente

En apenas 60 horas, la ofensiva israelí pulverizó la defensa aérea iraní, desarticuló su cadena de mando y desnudó la fragilidad de los grupos terroristas aliados del régimen. El líder supremo Khamenei enfrenta la peor crisis de poder de las últimas décadas, mientras el G7 y Estados árabes legitiman en silencio la operación.

  • 15/06/2025 • 09:19

En una maniobra bélica que quedará en la historia de Oriente Medio, Israel ejecutó un ataque preventivo sobre Irán que, en menos de 60 horas, anuló la cadena de mando de las Fuerzas Armadas chiitas, destruyó laboratorios nucleares y saboteó fábricas de misiles y drones. La operación, avalada tácitamente por Estados Unidos y potencias europeas, expone la debilidad de Ali Khamenei, líder supremo del régimen teocrático.

Fuentes de inteligencia confirman que una docena de científicos vinculados al plan atómico iraní fueron neutralizados, mientras las refinerías de petróleo y gas ardían bajo bombardeos de precisión. Los sistemas de defensa aérea colapsaron y Teherán pasó noches enteras sumida en el miedo y el desconcierto.

El golpe estratégico de Benjamín Netanyahu apunta a derribar la amenaza nuclear que Irán gestó durante años y a condicionar el equilibrio de poder regional. Los grupos terroristas financiados por Khamenei —Hamas, Hezbollah y los hutíes— demostraron una capacidad de respuesta casi nula, tras ser severamente diezmados por la coordinación entre las Fuerzas de Defensa de Israel y la OTAN.

Mientras tanto, Egipto, Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos se limitan a declaraciones diplomáticas formales sin tomar ninguna medida de apoyo a Teherán. La Liga Árabe ni siquiera convocó una cumbre de emergencia para debatir la escalada militar. China balbucea respaldo, y Putin juega a dos puntas tras conversaciones discretas con Donald Trump.

Hoy comienza en Alberta la cumbre del G7, y todo indica que en su declaración final se legitimará el ataque preventivo israelí como medida para frenar la proliferación nuclear en la región. La ofensiva, diseñada para causar mínimos daños colaterales en la sociedad civil iraní, contrasta con los misiles lanzados por Irán sobre barrios de Tel Aviv y Jerusalén, en un intento desesperado por sostener su influencia interna.

El plan de Netanyahu es claro: derribar el proyecto nuclear iraní, forzar la implosión política de Khamenei y mostrar que Israel no está solo. Un esquema que ya cuenta con el beneplácito de la Casa Blanca y el silencio cómplice de los principales productores de crudo de Oriente Medio.

TAPA DEL DÍA seguirá informando cada detalle de una guerra silenciosa que puede redibujar el mapa de poder en la región. Para más análisis y noticias exclusivas, visite www.tapadeldia.com.

Redacción del Diario Tapa Del Día

Opinión: La audacia de Netanyahu no solo golpea al corazón del régimen iraní, sino que expone la hipocresía de una comunidad internacional que, durante años, se limitó a negociar sin freno mientras Teherán avanzaba en secreto. Hoy, la ofensiva militar israelí revela que, para frenar dictaduras atómicas, a veces hace falta más pólvora que palabras.