Entre las joyas ocultas de la televisión actual se encuentra “Un espía entre amigos”, una miniserie británica de seis episodios que reconstruye, con una sensibilidad narrativa infrecuente, la historia de Kim Philby, uno de los mayores infiltrados soviéticos en Occidente. Su vida, su traición y, sobre todo, su amistad con el agente Nicholas Elliott, son el núcleo emocional y político de esta atrapante producción emitida por Film&Arts. La serie, basada en el libro del periodista e historiador Ben Macintyre, se centra en un hecho real: el caso de “los cinco de Cambridge”, jóvenes brillantes formados en la élite académica británica que fueron reclutados por la inteligencia soviética. Entre ellos, Philby fue el más carismático, el más influyente y el que más daño provocó: llegó a dirigir la sección del MI6 encargada de combatir precisamente a la URSS. Lo que diferencia a esta versión de otras recreaciones cinematográficas o literarias es su enfoque íntimo y doloroso. Aquí, el eje está puesto en la relación entre Philby y Elliott, compañeros durante más de dos décadas. Una amistad profunda, profesional y emocional, quebrada por una traición que no solo afectó a los servicios de inteligencia del Reino Unido, sino también al vínculo humano entre ambos. Damian Lewis, reconocido por sus trabajos en “Homeland” y “Billions”, interpreta a Nicholas Elliott con un registro sobrio, casi contenido. Un hombre elegante y perspicaz, que enfrenta no solo una crisis profesional sino también una devastación emocional. Guy Pearce, en el rol de Kim Philby, logra componer un personaje fascinante: encantador en la superficie, oscuro en su interior. Su transformación desde el seductor espía británico hasta el alcohólico derrotado en Moscú es uno de los grandes aciertos de la serie. La acción transcurre en 1963, cuando el engaño ya no puede ocultarse más. Elliott es enviado a confrontar a Philby en Beirut, en una última conversación tan devastadora como reveladora. Desde allí, la serie retrocede y avanza en el tiempo, con inteligencia y ritmo, revelando el tejido de mentiras que envolvió a la inteligencia británica durante décadas. Dirigida por Nick Murphy y adaptada por Alex Cary, “Un espía entre amigos” se posiciona como una de las mejores recreaciones de espionaje vistas en los últimos años. No solo por la fidelidad histórica o por las actuaciones notables, sino por la manera en que transforma un hecho político en una tragedia humana. Su emisión en Film&Arts, casi sin promoción, convierte a esta serie en un secreto bien guardado para los amantes del drama histórico. Diario TAPA DEL DÍA Opinión pública razonada: En tiempos de filtraciones digitales, inteligencia artificial y ciberespionaje, recordar la historia de Kim Philby no es solo un ejercicio de memoria: es una advertencia sobre cómo el engaño puede habitar incluso en los vínculos más cercanos. La serie obliga a preguntarse: ¿cuánto sabemos realmente de quienes nos rodean? Diario TAPA DEL DÍA |  www.tapadeldia.com