TAPA DEL DÍA Por cuarto mes consecutivo, los usuarios residenciales registran una reducción en el precio que abonan por el consumo de gas, a pesar del fuerte avance del tipo de cambio. Esta dinámica se sostiene gracias a un mayor desembolso del Estado en subsidios, que busca amortiguar el impacto de la devaluación en las facturas de servicios esenciales. En la primera quincena de julio, el dólar aumentó más del 5,5%, pero la Secretaría de Energía decidió aplicar una baja en el precio que pagan los usuarios a partir de agosto. Así, las tarifas residenciales de gas experimentarán una disminución en dólares, aunque los valores promedio en pesos subirán cerca de un 2% por el impacto general de la inflación y ajustes en otros costos asociados. El esquema tarifario se basa en un tipo de cambio de referencia que promedia el dólar vendedor del Banco Nación durante los primeros 15 días del mes previo, lo que explica la actualización constante. Desde mayo, el valor del gas en dólares para usuarios finales acumula una baja del 6,7%, una medida que implica un aumento del esfuerzo fiscal para cubrir la diferencia entre el costo real y lo que efectivamente pagan los consumidores. El Gobierno mantiene un fuerte nivel de subsidios para garantizar que los segmentos de ingresos bajos y medios continúen con tarifas accesibles. Los usuarios de mayores ingresos (N1) abonan alrededor del 70% del costo real, mientras que los grupos N2 y N3 reciben descuentos adicionales, abonando entre el 35% y 50% del precio de referencia respectivamente. Este esquema contrasta con la lógica habitual del invierno, cuando la tarifa suele subir para incentivar la producción y asegurar el abastecimiento en momentos de alta demanda. Sin embargo, la devaluación y la necesidad de contener el impacto social de la suba en precios obligan a que el Estado aumente su aporte fiscal. Aunque en el primer semestre de 2025 los subsidios energéticos bajaron un 44% en términos reales respecto al año anterior, esta tendencia podría revertirse debido a la persistente suba del dólar y a los ajustes que aún restan en los cuadros tarifarios de electricidad y gas. En el caso de la electricidad, para agosto se aplicó un aumento muy leve del 0,4%, que apenas modifica el precio de referencia en pesos por megavatio hora. Sin embargo, la presión del tipo de cambio sobre los costos de producción podría impulsar un mayor gasto público en los próximos meses. www.tapadeldia.com Esta decisión del Gobierno, si bien busca proteger a los consumidores, tensiona aún más las finanzas públicas, en un contexto económico marcado por la incertidumbre cambiaria y la inflación persistente. El futuro inmediato plantea un desafío para equilibrar el costo fiscal con la necesidad social de tarifas asequibles y la sostenibilidad del sistema energético. TAPA DEL DÍA - www.tapadeldia.com