TAPA DEL DÍA No fueron meses sencillos para Susana Romero. Tras someterse a una intervención para colocar un stent que se complicó y la mantuvo al borde de la vida, la actriz ahora se recupera en su casa de San Isidro, rodeada del cariño de sus seres queridos y de sus fieles perros, Matilda y Charly. Con una voz pausada y cálida, Susana comparte cómo atraviesa esta etapa, dedicándose a la pintura y a su labor como madrina de El Paraíso de los Animales, un santuario en General Rodríguez que apoya desde hace dos décadas. Vegetariana por más de 30 años y defensora de los derechos animales, la artista asegura que este compromiso le brinda propósito y alivio en medio de los desafíos personales. Un año marcado por la salud Susana relata que padece un problema genético relacionado con las arterias, que en los últimos años requirió la colocación de siete stents. "Esta última vez era algo rápido, con un día de internación, pero se complicó", confiesa. La caída de presión tras la intervención la llevó a estar en shock y con riesgo vital durante días. "Estuve dos días inconsciente. No sabía que estaba mi hija al lado mío…", revela con emoción. A pesar del difícil episodio, Susana se muestra agradecida y convencida de que su fe y el cuidado de sus seres queridos fueron clave en su recuperación. "Sé que me cuidan desde arriba. Siempre me han cuidado", afirma. La contención familiar y el amor por los animales El apoyo de sus hijas ha sido fundamental. Mientras Nicole reside parte del año en Europa y Estados Unidos, Cali acompaña a su madre en Buenos Aires. Además, Susana mantiene un vínculo especial con sus mascotas rescatadas, que considera parte de su familia. "Mis perros siempre fueron rescatados. Prefiero los animales en libertad", comenta. Su compromiso con la protección animal se refleja en su rol de madrina de El Paraíso de los Animales, que alberga más de 850 animales y cuenta con un hospital veterinario gratuito. "No existe un lugar así en la Argentina", asegura, invitando a la comunidad a colaborar con el santuario. Trabajo, fe y alimentación consciente Romero destaca que el trabajo y la conexión con el público le ayudaron a superar momentos difíciles. Además, mantiene una alimentación vegetariana desde hace tres décadas, adaptada actualmente a recomendaciones médicas para cuidar su salud. "Me cocino todos los días. Es parte de mi vida", dice. Su historia combina la lucha personal con la vocación social. Entre la recuperación, el cuidado de sus hijas y la defensa de los animales, Susana Romero muestra resiliencia y pasión por la vida. Opinión pública: La historia de Susana inspira a valorar la salud, la familia y el compromiso social. Su labor en el santuario y la firmeza ante la adversidad proyectan un ejemplo de resiliencia y solidaridad que resuena más allá del espectáculo. TAPA DEL DÍA