TAPA DEL DÍA — Cada 1° de diciembre, el mundo recuerda la lucha conjunta contra el VIH, un virus que sigue generando preocupación global y que, en la Argentina, mantiene un nivel de contagios que no desciende a pesar de los avances científicos y de los múltiples métodos actuales de prevención. El Día Mundial de la Lucha contra el VIH/SIDA, instaurado por la OMS en 1988, busca visibilizar una problemática que, aunque hoy cuenta con más recursos que nunca, continúa presente en todas las provincias. En nuestro país, las cifras revelan un escenario que interpela. De acuerdo con los registros de Fundación Huésped, cada día 15 personas adquieren el virus, y casi la mitad recibe un diagnóstico tardío. Se trata, mayoritariamente, de jóvenes adultos entre 20 y 30 años que, pese a disponer de información y acceso gratuito a tratamientos, no sostienen hábitos preventivos. Cecilia Valeriano, vocera de Fundación Huésped, lo resume con claridad: “En Argentina tenemos una epidemia estable: 6.400 personas al año se infectan de VIH. Esto no significa un avance ni un retroceso, sino que no se logra reducir la cantidad de contagios”. Una de las razones detrás de esta tendencia es el cambio en la percepción del riesgo. Según la sexóloga Laura Enríquez, muchas personas dejan de usar preservativo aun después de haber atravesado un diagnóstico y un tratamiento. “Las nuevas generaciones no crecieron con el temor de los años 80 y 90. Saben que existe medicación gratuita y efectiva, y eso hace que el cuidado se relaje. Hoy, casi el 80% de la población sexualmente activa no utiliza preservativo”, señaló. Las formas de transmisión —sexual, sanguínea y vertical— siguen siendo las mismas, y el testeo temprano continúa siendo una herramienta central. Las mujeres embarazadas, en particular, pueden evitar la transmisión al bebé si acceden al diagnóstico y al tratamiento adecuado, algo que en Argentina es gratuito y confidencial. Métodos de prevención en auge: PrEP y PEP En los últimos años, los hospitales y centros de salud registraron un notable aumento en la consulta y uso de la PrEP (profilaxis pre-exposición) y la PEP (profilaxis post-exposición). Se trata de estrategias preventivas altamente efectivas, pero que, sin el uso del preservativo, no alcanzan por sí solas para reducir significativamente los contagios. La PrEP consiste en la toma periódica de medicación preventiva, indicada para personas con riesgo de exposición. “Con la toma periódica, no se infecta de VIH. Los resultados han sido muy buenos”, explicó Valeriano. Este método es un derecho garantizado por la Ley 27.675 y debe ser provisto por todos los subsistemas de salud. La PEP, en tanto, actúa luego de una situación de exposición y debe iniciarse dentro de las primeras 72 horas. El tratamiento dura 28 días y también es gratuito y confidencial. Su eficacia, destacan los profesionales, aumenta cuanto antes se inicie. Aun así, especialistas coinciden: ninguno de estos métodos reemplaza al preservativo. La prevención combinada —testeo, tratamiento, PrEP, PEP y preservativo— es la estrategia más sólida para reducir contagios a nivel poblacional. Desde TAPA DEL DÍA se subraya la importancia de mantener campañas públicas que refuercen la necesidad del cuidado responsable, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos, el grupo más afectado por nuevos diagnósticos. Una reflexión necesaria La estabilidad de la epidemia en Argentina revela un desafío que excede lo médico: la percepción social del riesgo. A diferencia de épocas donde el VIH estaba asociado a un alto nivel de temor, hoy la confianza en los tratamientos lleva a que parte de la población deje de incorporar medidas preventivas básicas. La opinión pública coincide en que el acceso gratuito a la medicación es un logro sanitario incuestionable, pero también señala que la falta de hábitos de cuidado está impidiendo que disminuyan los contagios. La prevención, una vez más, se posiciona como una responsabilidad compartida. TAPA DEL DÍA
