La Justicia Federal dictó una sentencia de alto impacto en una causa que expuso una de las formas más crudas de explotación y sometimiento. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de San Martín condenó a José Rolendio Polo, de 58 años, a 10 años de prisión por los delitos de trata de personas con fines de explotación y abusos reiterados cometidos contra una mujer a la que forzó a mantener una unión desde que era menor de edad. El caso se conoció públicamente el 28 de junio de 2022, cuando la víctima, hoy de 29 años, realizó un llamado a la Línea 145 y relató una historia que permaneció silenciada durante años. A partir de esa comunicación, la Justicia logró reconstruir una trama que comenzó en su infancia y que estuvo marcada por la vulnerabilidad, la dependencia y la coerción. Según quedó acreditado en el proceso judicial, la mujer había viajado desde Formosa a la provincia de Buenos Aires cuando tenía apenas 10 años para vivir en la casa de familiares. En ese contexto conoció al ahora condenado, un hombre que residía en el mismo barrio y que, con el consentimiento de la madre de la víctima, terminó imponiendo una relación forzada. La investigación determinó que, cuando la adolescente estaba por cumplir 15 años, su madre realizó un acuerdo con Polo para que mantuviera relaciones con ella a cambio de dinero y mercadería. Esa situación derivó en encuentros reiterados, un embarazo precoz y una convivencia impuesta que se extendió durante años. Durante el juicio se acreditó que el acusado ejerció una manipulación psicológica constante, reforzando la dependencia emocional y económica de la joven. Le dio su apellido al primer hijo y le repetía que nadie más la aceptaría en su situación, consolidando un vínculo de sometimiento que se prolongó en el tiempo. Seis años después, nació un segundo hijo. Recién en 2020, la víctima comenzó a resistirse a esa relación. A partir de allí, según consta en el expediente, se intensificaron las agresiones, el hostigamiento y las amenazas, lo que la llevó a realizar una denuncia por violencia doméstica. Sin embargo, el acoso continuó y derivó en hechos de extrema gravedad que pusieron en riesgo su vida y la de sus hijos. Con la intervención de la Fiscalía Federal de Mercedes, el caso avanzó hasta el juicio oral. El fiscal Alberto Adrián María Gentili sostuvo que se trató de una verdadera compra de una persona menor de edad con el objetivo de forzar una unión asimilable a un matrimonio, remarcando que gran parte de los hechos ocurrieron cuando la víctima era menor y en un contexto de extrema vulnerabilidad. El Tribunal, integrado por el juez José Antonio Michilini, avaló íntegramente la acusación y declaró a Polo culpable de los delitos de trata de personas en su modalidad de recepción y acogimiento con fines de explotación, agravados por la edad de la víctima, en concurso con abusos reiterados cometidos aprovechando una relación de dependencia. Además de la pena de prisión, la sentencia dispuso una compensación económica de 38 millones de pesos por los daños materiales y morales sufridos, reconociendo el impacto profundo y sostenido que la violencia tuvo en la vida de la mujer. También se ordenó la incorporación del material genético del condenado al Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual. La investigación judicial continúa abierta respecto del posible rol de la madre de la víctima y de otros familiares, con el objetivo de determinar responsabilidades en la maniobra denunciada. El fallo fue considerado un precedente relevante en materia de lucha contra la trata y la explotación, al visibilizar una modalidad de sometimiento que suele permanecer oculta durante años. TAPA DEL DÍA