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Crisis en Essen: más de 30 despidos en su planta de Venado Tuerto por la fuerte caída del consumo y el avance importador

#VenadoTuerto | La histórica fábrica de ollas ajustó su estructura con ceses en áreas clave de producción, reducción de turnos y reconfiguración interna. La UOM confirmó que los despidos superaron las 30 personas y alertó por el ingreso creciente de insumos importados que desplazaron tareas locales. Preocupación entre los operarios y análisis sobre el futuro de la industria nacional.

  • 25/11/2025 • 09:51

TAPA DEL DÍA – La planta de Essen en Venado Tuerto atraviesa una de las crisis más profundas de su historia reciente: más de treinta trabajadores fueron desvinculados, se redujeron turnos y varias líneas de producción quedaron parcialmente paralizadas. La compañía atribuyó esta reestructuración a dos factores que golpearon de lleno a su esquema industrial: la caída del consumo interno y la irrupción acelerada de productos importados desde Asia.

Los despidos alcanzaron a personal de planta permanente y a trabajadores eventuales. Según delegados internos, las áreas más afectadas fueron fundición, mecanizado y terminación, rubros estratégicos donde la actividad descendió de manera sostenida en los últimos meses. Varios de los operarios despedidos tenían años de trayectoria dentro de la firma y habían acompañado el desarrollo histórico de la marca en el país.

El secretario general de la UOM Venado Tuerto, Diego Olave, ratificó que el número final superó las treinta desvinculaciones. “De los 34 despidos, 17 son de planta permanente y el resto son trabajadores eventuales. Pero hace tres meses que la empresa viene realizando bajas escalonadas”, explicó el dirigente en declaraciones radiales. Desde el gremio señalaron que brindaron asesoramiento a los trabajadores en cuestiones administrativas y de indemnización.

Un consumo que se desploma

La fuerte contracción de las ventas fue el primer golpe para Essen. Comercios de distintos puntos del país reportaron una rotación menor de artículos de aluminio —como cacerolas y sartenes— y mantuvieron inventarios altos debido a la reducción del poder de compra. Ante ese escenario, la empresa frenó turnos, disminuyó horas operativas y reorganizó la distribución de tareas internas.

El avance importador que cambió el esquema productivo

El segundo factor fue el ingreso de insumos semielaborados provenientes de China. De acuerdo con Olave, la llegada de piezas ya procesadas alteró la dinámica interna de la planta: áreas donde trabajaban unos treinta operarios pasaron a funcionar con equipos mínimos de ocho trabajadores. Parte del proceso histórico de producción local —fundición, mecanizado y preparación de superficies— fue reemplazado por componentes importados.

Ese cambio impactó de lleno en la estructura de la fábrica. Las líneas que antes ejecutaban procesos completos quedaron limitadas a tareas de ensamblado y terminación. La necesidad de mano de obra descendió y marcó un punto de inflexión en la organización del trabajo.

Turnos modificados y líneas inactivas

La compañía aplicó ajustes que incluyeron cambios en horarios, funcionamiento parcial de sectores y suspensión temporaria de actividades en determinadas líneas. Los delegados de la UOM detallaron que los despidos se acumularon en distintas etapas, reforzando la señal de una transformación estructural dentro de la planta.

La firma también enfrenta restricciones comerciales derivadas de la merma en ventas y del aumento de costos. En segmentos de menor precio, la importación surgió como alternativa para sostener la oferta, lo que redujo aún más el espacio para la producción íntegramente nacional.

Una marca con más de cuatro décadas de historia

Essen nació a fines de los años setenta de la mano de Wilder Yasci, quien impulsó un sistema productivo basado en la fundición de aluminio y un modelo de venta directa que luego se consolidó en toda la región. Desde sus primeras cacerolas, inspiradas en modelos observados en tiendas de Estados Unidos, la firma acumuló más de 30 millones de unidades vendidas.

Su expansión la llevó a operar en seis países de América Latina. En 2024 lanzó Essen+, un programa de fidelización que superó expectativas: el 60% de su base activa participó en pocos meses y se concretaron más de 40.000 canjes.

Hoy, sin embargo, la planta de Venado Tuerto funciona con una estructura más pequeña, líneas adaptadas y un esquema que combina producción propia con insumos importados. La reorganización avanza mientras la empresa redefine su estrategia para enfrentar un mercado cambiante.

Reflexión final

La situación de Essen expone una tensión creciente en la industria argentina: la combinación entre caída del consumo, presión de importaciones y reestructuración interna genera un desafío profundo para sectores que históricamente impulsaron empleo calificado. Lo que ocurre en Venado Tuerto puede convertirse en un espejo para otros rubros que empiezan a sentir el mismo impacto.

TAPA DEL DÍAwww.tapadeldia.com