TAPA DEL DÍA La Unión Cívica Radical (UCR) atraviesa un momento clave de su historia política. Con la renuncia de Martín Lousteau al frente del comité nacional, el partido enfrenta una encrucijada que definirá su rumbo tras los duros reveses electorales de los últimos años. Este viernes se celebra el Plenario de delegados de la UCR, entre las 14 y las 16, donde se espera una intensa discusión para designar al nuevo presidente del comité nacional. Aunque en el pasado los plenarios se han extendido por más de un día, la información disponible indica que hay un acuerdo incipiente entre los distintos sectores para respaldar un candidato de perfil bajo. El nombre que gana consenso es el del joven intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, de 36 años, que gobierna la tercera ciudad más grande de Santa Fe con superávit desde hace seis años y fue reelecto con el 83% de los votos en 2023. Su figura aparece como un símbolo de renovación dentro de un partido que busca recuperar confianza y conectarse con la sociedad. Los gobernadores radicales de Provincias Unidas —Gustavo Valdés, Carlos Sadir y Maximiliano Pullaro— junto a Evolución (Lousteau) y Gerardo Morales, habrían acordado respaldar a Chiarella. Desde el entorno del ex gobernador mendocino Alfredo Cornejo, si bien no se oponen a la designación, advierten que todo dependerá de la integración de todos los sectores y prevén que será un “Comité débil”. La UCR enfrenta una de sus crisis políticas más profundas. Tras el resultado electoral del 26 de octubre, quedó reducida a un reducido número de diputados y senadores, lo que potenció tensiones internas y críticas hacia la gestión de Lousteau. Entre los cuestionamientos, se destaca la desconexión entre el comité central y los bloques legislativos, así como los magros resultados en comicios recientes. En este marco, los gobernadores buscan un diálogo fluido con el Presidente Javier Milei, con sectores más cercanos y otros más críticos respecto del vínculo con el gobierno nacional. Según fuentes internas, se mantienen acuerdos electorales estratégicos, pero sin comprometer la autonomía del partido. La elección de Chiarella marcaría un giro inusual en la UCR, acostumbrada a liderazgos de mayor trayectoria. No obstante, responde a la necesidad de mostrar un proceso de renovación que proyecte un partido actualizado y capaz de leer los cambios sociales y políticos. Este proceso de transición genera expectativas sobre la capacidad del radicalismo de consolidar un liderazgo joven y de consenso. La sociedad, según analistas políticos, observa con atención si esta renovación permitirá reconectar al partido con los votantes y recuperar protagonismo en el escenario nacional. TAPA DEL DÍA