La madrugada de este sábado se convirtió, una vez más, en una pesadilla para cientos de vecinos de Rojas. Los estruendos de motocicletas con escapes libres y los clásicos cortes que ensordecen calles y barrios se hicieron sentir con fuerza en distintos puntos de la ciudad, afectando principalmente a personas mayores y familias con niños pequeños. La Policía Comunal recibió numerosos llamados al 911 denunciando ruidos molestos. Uno de los puntos críticos fue la intersección de avenida Pellegrini y Carrazco, donde un grupo de jóvenes circulaba en motos sin respetar ninguna normativa de tránsito ni el descanso de la comunidad. Otra zona afectada fue boulevard Larrea. Allí, los vecinos no dudaron en alertar a las autoridades sobre maniobras peligrosas y escapes ilegales que retumbaban en plena madrugada. El personal de Tránsito Municipal acompañó los operativos, intentando poner orden ante una situación que parece desbordar cada fin de semana. Los testimonios recogidos coinciden en un punto: la paciencia se agotó. "No se puede dormir. No hay respeto ni miedo a la multa. Necesitamos controles más firmes y permanentes", reclamó una vecina de la zona de ruta 188 y avenida Bicentenario, otro de los sectores donde las motos hicieron de las suyas. Ante este panorama, la comunidad de Rojas exige que el Municipio y la Policía refuercen urgentemente los controles y las sanciones. Durante los últimos meses se había logrado una baja considerable de estos episodios gracias a operativos sorpresivos y secuestros de motos irregulares. Sin embargo, en las últimas semanas la situación se repitió con mayor frecuencia, demostrando que el problema está lejos de resolverse. En redes sociales, varios vecinos compartieron videos y audios que reflejan la magnitud del ruido y la impotencia de quienes ven interrumpido su descanso noche tras noche. Diario Tapa Del Día Opinión pública: Un amplio sector de la comunidad considera que, de no tomarse medidas ejemplares y permanentes, la problemática de las motos ruidosas se agravará y derivará en mayores conflictos entre vecinos y jóvenes motociclistas, sumando tensión social a un reclamo que ya se volvió histórico.