TAPA DEL DÍA - El presidente estadounidense Donald Trump formalizó un acuerdo de cese el fuego entre Israel y Hamas que puede marcar un punto de inflexión en la guerra que devastó la Franja de Gaza. La firma oficial se espera para este jueves, según fuentes citadas por la prensa israelí. La primera fase del pacto contempla un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes en poder de Hamas en un plazo cercano. Se estima que de los 48 cautivos, alrededor de 20 permanecen con vida, entre ellos tres argentinos: Eitan Horn y Ariel y David Cunio. Además, se prevé la entrega del cuerpo de Lior Rudaeff, asesinado durante el ataque del 7 de octubre de 2023. En contraparte, Israel liberará a 2.000 prisioneros palestinos, algunos con penas de prisión perpetua. La lista de detenidos ya fue entregada durante las negociaciones en Sharm el Sheik, Egipto. El acuerdo resuelve el aspecto más dramático del conflicto: la guerra que comenzó tras el ataque de Hamas al sur de Israel y que dejó 65.000 muertos en Gaza, con una población afectada por hambre y emergencia humanitaria, según la ONU. Sin embargo, persisten dudas sobre el mediano y largo plazo, principalmente respecto a la ocupación de Gaza. Said Chaya, coordinador del Núcleo de Estudios en Medio Oriente de la Universidad Austral, señaló que “en lo inmediato es una muy buena noticia”, pero advirtió que la continuidad de la ocupación y el desarme de Hamas podrían complicar la estabilidad futura. Un elemento distintivo del acuerdo respecto a anteriores ceses el fuego es el compromiso de Hamas de entregar todos los rehenes bajo su control, lo que reduciría significativamente su poder de presión sobre Israel. A partir de esto, el gobierno de Benjamin Netanyahu deberá retirar sus tropas y permitir la entrada de ayuda humanitaria, abriendo paso a una eventual transición hacia un gobierno de tecnócratas en Gaza, excluyendo a Hamas. Las incógnitas sobre el futuro del grupo islámico persisten, ya que nadie asegura que entregará sus armas y aceptará disolverse para dar paso a una nueva era. Si se cumplen los términos pactados, la primera fase podría significar un respiro histórico para la región, aunque los desafíos estructurales permanecen. TAPA DEL DÍA
