Récord mundial: construyó en su casa la moto a vapor más rápida del planeta y voló a 252 km/h Por Redacción del Diario Tapa Del Día – A veces, la realidad supera cualquier guión de ciencia ficción. Graham Sykes, un piloto británico especializado en exhibiciones de aceleración extrema, ha logrado una hazaña mecánica que desafía toda lógica: alcanzó los 252 km/h en tan solo seis segundos sobre una moto impulsada únicamente por vapor de agua. El escenario fue una carrera de cuarto de milla —distancia clásica de 402 metros utilizada en las drag races— donde Sykes dejó atónitos a ingenieros y fanáticos. A bordo de su motocicleta bautizada como “Force of Nature”, rompió su propio récord con una serie de cifras que hablan por sí solas: 0,73 segundos para los primeros 18 metros, 1,99 segundos para los 100 metros, 3,2 segundos para los 201 metros y 6,05 segundos para completar la distancia total. “Estamos muy cerca de correr los 402 metros en cinco segundos. Tenemos muchas ganas de terminar el gran motor a finales de este año, con 120 litros de agua y tres segundos de potencia”, declaró Sykes tras la hazaña, según recoge el medio especializado Motorpasión Moto. El secreto detrás de esta maravilla tecnológica radica en un principio tan antiguo como revolucionario: el vapor. A través de agua sobrecalentada utilizando aceite vegetal hidrogenado, la moto genera una presión extrema que es liberada mediante una boquilla Laval. Este mecanismo impulsa la motocicleta con una fuerza descomunal, permitiéndole alcanzar velocidades superiores a los 250 km/h en segundos. Actualmente, el depósito de la Force of Nature almacena 88 litros de agua y logra su potencia máxima durante apenas 1,9 segundos. Pero Sykes y su equipo ya trabajan en una versión mejorada con 130 litros de capacidad y una temperatura de funcionamiento de 200ºC para generar hasta 30 bares de presión. Aunque sus números aún están por debajo de los dragsters más veloces del mundo —capaces de alcanzar 469 km/h en menos de cinco segundos—, el mérito de Sykes es innegable: lo logró en su propio garaje, sin respaldo industrial, y con un objetivo puramente experimental y exhibicionista. La hazaña revive el debate sobre el potencial de tecnologías olvidadas y despierta una pregunta inevitable: ¿estamos subestimando el poder del vapor en un mundo obsesionado con lo eléctrico? Desde TAPA DEL DÍA seguiremos de cerca esta historia que, sin dudas, reconfigura los límites de la ingeniería en el motociclismo. La pasión por innovar sigue acelerando… a vapor. Opinión pública: Lo que ha hecho Graham Sykes no solo es un espectáculo de velocidad. Es una declaración contundente sobre el ingenio humano cuando se combinan pasión, conocimiento y creatividad. En tiempos donde la tecnología parece monopolizada por grandes corporaciones, su logro recuerda que el verdadero progreso muchas veces comienza en un garaje.