Peregrinos de Pergamino caminan con fe y amor hacia el Santuario de San Nicolás

TAPA DEL DÍA

Esta mañana, cientos de peregrinos partieron desde Pergamino rumbo al Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás, en una jornada cargada de fe, esperanza y devoción. La tradicional caminata reunió a familias, jóvenes y adultos, todos unidos por un mismo sentimiento: el amor hacia la Virgen María.

Durante las primeras horas de la madrugada, los fieles iniciaron la caminata con cánticos, oraciones y reflexiones, algunos agradeciendo bendiciones recibidas, otros pidiendo por sanación, trabajo y bienestar para sus seres queridos. La ciudad nicoleña los recibirá con los brazos abiertos, sumándose a un mes de septiembre marcado por intensa actividad religiosa.

Peregrinos de Pergamino caminan con fe y amor hacia el Santuario de San Nicolás

La peregrinación de Pergamino forma parte de las actividades previas al 42º aniversario del acontecimiento del 25 de septiembre de 1983, fecha central para la comunidad católica de San Nicolás. Cada año, miles de devotos de distintas localidades participan en las celebraciones, que incluyen misas, encuentros comunitarios y actos de oración en el Campito.

Peregrinos de Pergamino caminan con fe y amor hacia el Santuario de San Nicolás

Este 24 y 25 de septiembre, la ciudad de San Nicolás, volverá a llenarse de fieles, reafirmando la tradición y la devoción que une generaciones enteras en torno a la Virgen del Rosario. La jornada de hoy refleja no solo la fuerza de la fe, sino también la esperanza y el amor que los peregrinos llevan consigo, paso a paso, hasta el santuario.

La caminata, más que un recorrido físico, es un símbolo de unión y perseverancia. Cada peregrino lleva consigo historias, sueños y plegarias que fortalecen la comunidad y renuevan la fe en cada llegada al Santuario. Acompañamos esta cobertura para destacar la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones y la fuerza espiritual que nos conecta.

Opinión pública: La comunidad percibe estas peregrinaciones como un faro de esperanza y un recordatorio del poder de la fecolectiva, capaz de fortalecer lazos, inspirar actos de solidaridad y transmitir valores que atraviesan generaciones.

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